Paul Cuthbert es el Gerente General de nuestras operaciones de Olympic Dam en Australia. Esta es su historia.
"... busquen oportunidades para crear diversidad, y desafíen y derriben cualquier barrera que surja en el camino".
Como ingeniero júnior, tuve que pagar mi derecho de piso para ser aceptado dentro de la fuerza laboral subterránea, ya que me moví por diferentes minas de Eastern Goldfields. En algunas ocasiones, esto llevó más tiempo. En retrospectiva, probablemente haya tenido que tolerar algunas críticas, pero sé que fui afortunado en comparación con muchas otras personas.
Hoy en día, mis experiencias me impulsan a eliminar ese tipo de cultura del "derecho de piso" para aceptar a la gente. Creo que todo el mundo debería sentir que puede ser quien realmente es en el trabajo, y todo el mundo debería esperar ser tratado con respeto. Siempre. Es un derecho básico. En términos más simples, como padre de tres hijos que se acercan a la edad de entrar en el mundo laboral, quiero asegurarme de que mi hija tenga las mismas oportunidades que mis hijos y que ninguno de ellos tenga una experiencia sentida que les haga no disfrutar de ir a trabajar.
Soy muy consciente de mi sombra de líder. Al formar equipos, reúno intencionadamente a grupos diversos de personas que piensan de forma diferente y me desafían a asegurarme de que mis prejuicios no influyan en las decisiones.
Tuve la suerte de dirigir Ekati, nuestra mina de diamantes en el norte de Canadá, durante un tiempo. En mi opinión, este es un brillante ejemplo de una fuerza laboral diversa y representativa de las comunidades en las que operamos. Aprendí mucho sobre lo poderosa que puede ser una cultura de cuidado y respeto en el trabajo. Lo atribuyo a la diversidad del equipo y a los líderes informales y formales del grupo que realmente dejan la vara muy alta. Compartir los conocimientos culturales y las enseñanzas de las Naciones Originarias y aprovechar las comunidades multiculturales más amplias que incluían y rodeaban Yellowknife fue una experiencia muy aleccionadora por momentos.
Son experiencias como esta las que me hacen creer que tenemos que seguir desafiándonos a nosotros mismos para ver lo que es posible y no limitarnos a aceptar la forma en que siempre se ha hecho todo. Hace poco conocí una empresa inspiradora en la que el 60 % de su fuerza laboral tenía una discapacidad. La empresa había rediseñado el trabajo para incluir las capacidades de todos y, al hacerlo, creó un lugar de trabajo verdaderamente inclusivo. También se consideraron las instalaciones necesarias y se creó el entorno de apoyo basado en valores compartidos.
Aunque las barreras de este ejemplo pueden ser diferentes a las que podemos enfrentar en BHP, con una reflexión y acción deliberadas, todo es posible. Si nos ponemos en el lugar de los demás y pedimos continuamente que nos den su opinión, podremos hacer los cambios adecuados.
Para ello necesitamos una mejor educación, comunicación y procesos transparentes, como los relativos al reclutamiento y los ascensos, y así poder crear una cultura en la que nuestros equipos se sientan realmente comprometidos y valorados. Sencillamente, no debemos tolerar comportamientos que no apoyen una cultura de cuidado y respeto.
La integridad es uno de los Valores de la Carta de BHP que más aprecio. Hacer lo que es correcto es mi motor, y crear un cambio positivo es simplemente lo correcto. Como empresa, tenemos que hacer más para crear un lugar de trabajo que valore la diversidad y la fomente. Si bien ciertamente vamos en la dirección correcta, sabemos que tenemos que hacer más para mejorar la experiencia sentida de algunos de nuestros trabajadores. Tener un asiento en la mesa del Consejo de Inclusión y Diversidad es una manera de proporcionar comentarios directos sobre lo que está funcionando, ayudar a identificar dónde están las nuevas oportunidades y participar activamente en la conversación sobre el camino por seguir.
También intento apoyar a través de otros medios, como ser un aliado de Jasper (nuestro grupo de inclusión de empleados para lesbianas, gays, bisexuales y transgénero de BHP, entre otros) o divertirme como parte de las actividades de Movember o celebrar eventos como la semana NAIDOC. La diversidad es una conversación mucho más amplia que la relacionada únicamente con el género y es saludable recordarlo.
Mi consejo a otros líderes es que comprendan plenamente la experiencia sentida de las personas en sus equipos, busquen oportunidades para crear diversidad, y desafíen y derriben cualquier barrera que surja en el camino. Solo podemos mejorar estas experiencias sentidas si todos estamos abiertos a aprender y tenemos curiosidad. No debemos ser espectadores, ni aceptar o poner excusas de por qué no podemos ser inclusivos y diversos. ¿Qué pasaría si fuera su hijo, un pariente o un amigo? Pónganse de pie, alcen la voz ¡y apoyen a sus compañeros!