Así que sigo adelante, agradecida: La historia de Emily

Para Emily Halberg, la vida ha sido buena. Se acercaba a los 10 años de trabajo en BHP y disfrutaba del inicio de su licencia por maternidad de un año con su hijo recién nacido, Finn, cuando de repente, a los tres meses de su licencia, le diagnosticaron un cáncer de mama triple negativo, y la vida tal como la conocía cambió para siempre.

Después de cuatro meses de quimioterapia intensiva, una operación de lumpectomía y cuatro semanas de radiación diaria (mientras hacía malabares con un recién nacido y su primera maternidad) Emily comparte su proceso con su diagnóstico, el increíble apoyo que recibió de sus colegas, familia y amigos durante su tratamiento, y la resiliencia que desarrolló a través de su experiencia.

¿Puede explicar qué sintió al recibir su diagnóstico? ¿Cómo afectó a su salud mental?

Mi mundo estaba destrozado. Tenía 31 años, sin antecedentes familiares. Estaba confundida y devastada y me sentía muy sola. Después de haber estado casada sólo un año, sentí que había defraudado a mi marido y temía no estar presente para ver el primer cumpleaños de nuestro hijo.

¿Cómo le apoyó su líder de línea durante este tiempo?

En ese momento, yo me reportaba a Operaciones Newman. Mis líderes de línea 1up y 2up fueron increíbles; no podría haber pedido personas más empáticas y amables para apoyarme a mí y a mi familia durante este tiempo. Mis dos líderes residían en Newman, pero aun así encontraron tiempo para visitar nuestra casa en Perth mientras estaba en quimioterapia. Su amabilidad y la generosidad con la que nos dedicaron su tiempo fueron abrumadoras - sentí seguridad al hablar con ellos.

¿Hubo otros programas/herramientas/mecanismos de apoyo de BHP que le resultaron útiles?

Soy una gran defensora del EAP y de las herramientas que BHP proporciona para apoyar la salud mental. Tuve mucha suerte de tener estos programas a mi disposición, así como una gran red de colegas que me contactaron con regularidad. Remití a mi marido al EAP, muchas veces pensé que era más difícil para él que para mí, ya que llevaba la carga del trabajo a tiempo completo (y coordinar un equipo a distancia), cuidar de mí durante el tratamiento y de nuestro hijo.

¿Puede compartir cómo esta experiencia le ha enseñado resiliencia y cómo la utiliza ahora?

Analizar qué está bajo tu control es realmente importante. Perder mi salud, mi condición física, la energía y la confianza fue duro, así que centrarme en las "pequeñas victorias" diarias me dio fuerzas para recuperar el control.

Un elemento de mi resiliencia que he aprendido a través de esta experiencia es dejar de lado las cosas que no importan. Me alejé de las redes sociales que no aportaban valor a mi vida, decidí no hablar con la gente que se centraba en «debe ser terrible perder el cabello". Mi aspecto no era el elemento de cambio que más me afectaba.

¿Qué consejo tiene para alguien que esté pasando por una enfermedad grave o que cuide a un ser querido enfermo en términos de salud mental?

• Comunicación: Fue difícil comunicar como realmente me sentía algunos días, pero tenía que intentarlo. Mi experiencia fue tan única que es comprensible que no muchos puedan identificarse con ella. Si no compartiera mis sentimientos, sus esfuerzos y energía por apoyarme podrían estar mal dirigidos. Tuve que incluir a mi familia y a mis amigos, y a veces era para decir "hoy me siento fatal y quiero estar sola", y otros días era «me siento con energía, vamos a dar un paseo".

   

• Mostrarles hacia recursos sobre cómo hablar con personas que están pasando por una enfermedad. Tuve que educar a la gente a mi alrededor sobre las palabras que eran útiles y las que eran hirientes sin querer. El Cancer Council dispone de excelentes recursos sobre cómo apoyar a una persona con cáncer (formas prácticas de ayuda, consejos sobre qué decir, etc.)

   

• Centrarse en la curación. No estaba en condiciones de apoyar a los demás de la forma en que antes había tenido la capacidad emocional de hacerlo, así que durante mi tratamiento tuve que centrarme en mi recuperación y en estar presente con mi familia. Durante esos meses, tuve que cuestionar si estaba dispuesta a comprometer energía fuera de esas prioridades principales.

• Contacto de la red de apoyo: Tenía mucho apoyo, así que estaba muy agradecida cuando los amigos se contactaban con mi esposo y se ofrecían a ayudarle en casa para que pudiera tener un momento de alivio. La persona / familia que está con una lleva mucha carga, me preocupaba más su salud mental que la mía.

¿Cómo ha moldeado esta experiencia su perspectiva?

No puedo negar que tener cáncer de mama tan joven ha sido aterrador. No sé lo que me depara el futuro y son pocos los días en los que no pienso en que algo siniestro regrese. Era fácil sentir lástima por mí mismo, y preguntarme ¿por qué yo?, pero al mismo tiempo: ¿por qué no? ¿Por qué yo no? La enfermedad no discrimina. Me centré en comunicar mis sentimientos, ser estricta con la energía que dejaba entrar en mi espacio y centrarme en disfrutar de mis "días buenos". Tengo mucho que agradecer, mi vida podría haber terminado a los 31 años, pero no fue así. Así que sigo adelante, agradecida.